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Acerca de este proyecto:
La Unión Europea (UE) no está acostumbrada al lenguaje del poder, como repite Josep Borrell, Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y Vicepresidente de la Comisión Europea. Tampoco la literatura académica sobre política exterior europea se ha mostrado tradicionalmente confortable con el campo semántico del poder, como demuestra que lo haya diluido adjetivándolo como civil, amable o normativo. Sin embargo, los líderes europeos han empezado a usar este vocabulario con mayor soltura. En 2017 Macron defendió una soberanía europea, entendida como la capacidad para existir en el mundo, para defender nuestros valores y nuestros intereses. En su discurso del Estado de la Unión de 2018, Jean Claude Juncker vinculó geopolítica y soberanía europea. En 2019, ante el Parlamento Europeo, Ursula von der Leyen prometió una Comisión Geopolítica. EUSOV se pregunta si la UE está efectivamente reconsiderando su papel internacional, en una dirección más pragmática y realista como parecen decirnos los líderes europeos y como anunciaba la Estrategia Global de la UE, de 2016. La construcción de la soberanía europea presenta desafíos externos y constreñimientos internos. Los primeros tienen que ver con las dependencias que unen a la UE con Estados Unidos, China y Rusia y que reducen la capacidad de la Unión para desplegar su autonomía en los campos de la seguridad, la producción y la tecnología. El concepto de autonomía estratégica ha sido utilizado para referirse a esta dimensión exterior de la soberanía europea. Por su parte, los constreñimientos internos tienen que ver con la necesidad de reunir la unidad necesaria para el ejercicio de tal soberanía. En este sentido, la erosión del llamado consenso permisivo se suma a las dificultades derivadas de la falta de una visión compartida del mundo. Las condiciones en las que se da este realineamiento del debate sobre el papel de la UE en el mundo han sido modificadas a lo largo del año 2020 por la crisis de la COVID-19.
EUSOV entiende que bajo el término soberanía europea pueden distinguirse cuatro proyectos distintos, aunque parcialmente compatibles. El primero entiende la soberanía como capacidad y la equipara con el desarrollo de instrumentos y de mecanismos de toma de decisiones que permitan a la UE asumir responsabilidades hasta ahora fuera de su alcance. El segundo entiende la soberanía como orquestación del multilateralismo y tiene que ver con la proyección unitaria y autónoma de las preferencias de la UE a través de las instituciones multilaterales, con el fin de favorecer un orden internacional basado en reglas aceptadas en la UE. El tercero ve la soberanía como la reducción de las dependencias exteriores de la UE, o, como mínimo, su diversificación para mitigar sus vulnerabilidades. Finalmente, el último proyecto entiende la soberanía europea como control; es decir, como la capacidad de la UE para imponer sus preferencias sobre otros actores, en ámbitos geográficos o temáticos en los que es particularmente influyente.
Los objetivos generales de EUSOV son tres.
1. Explorar los apoyos y desafíos que tienen los cuatro proyectos de soberanía europea.
2. Identificar los factores que explican la adopción de los diversos proyectos de soberanía europea por parte de los actores políticos en las principales áreas temáticas de la política exterior europea.
3. Evaluar los efectos que la pandemia ha tenido sobre el debate y las condiciones de la soberanía europea